#4 Warren Buffett y Katharine Graham, una relación de éxito
Adentrándome en una de las historias empresariales de más éxito y analizando cómo ciertas decisiones de asignación de capital marcan la diferencia entre el éxito y la mediocridad.
Warren Buffett. Más mundialmente conocido por ser uno de los mejores inversores de todos los tiempos. También por ser una de las personas más ricas del planeta, con un patrimonio actual superior a los 100 mil millones de dólares. Presidente de Berkshire Hathaway. Y ligado al estilo de inversión en valor. Una persona muy relacionada con el apellido Graham, sobre todo a Benjamin Graham, el cuál se considera uno de los padres de la inversión en valor. Pero hoy toca hablar de Warren Buffett y su historia con…¿Katharine Graham? ¡Empecemos!
Tú. Si tú. Muchas gracias por leerme. Cómo bien sabrás, acabo de empezar con esta newsletter. Y empezar nunca es fácil. Sólo quería comentarte que si te gusta lo que estás leyendo, o por el contrario te gustaría recibir artículos de research de mercados financieros, de empresas y/o de aspectos macroeconómicos, no te olvides de compartir esta publicación y/o suscribirte aquí:
¿Quién es Katharine Graham?
Nacida en New York en 1917. Hija de un matrimonio judío. Estudiante de Periodismo en la Universidad de Chicago. Padre banquero en Wall Street. ¿Y qué les gusta hacer a los banqueros en Wall Street? Correcto. Comprar. De todo. Y si en subastas, mejor. Es lo que hizo el padre de Katharine Graham, Eugen Meyer, en 1933 cuando compró en una subasta el Washington Post. ¿Y qué sucede si tu compras un diario y tu hija ha estudiado periodismo? Correcto otra vez. Qué empieza a trabajar en este.
La cuestión es que Katharine conoce a un brillante abogado licenciado por Harvard, Philip Graham, y se casan en 1940 (por eso ella adopta el nombre de Katharine Graham), el cuál obtiene la confianza de su suegro para ser el director del periódico. ¿Y por qué no su hija? Hay que pensar en los tiempos en que esto ocurre. En 1940 el % de mujeres que se encontraban en puestos ejecutivos se encontraba cercano a cero, por lo que poner a su hija como directora del periódico no era una opción que estaba sobre la mesa.
El matrimonio, con ella trabajando en el Washington Post y él como director general, se hace definitivamente con el periódico en 1948 a la par que construyen una familia con cuatro hijos. Y la historia de repente da un giro inesperado. Philip Graham, empieza a sufrir un trastorno maníaco-depresivo, el consumo de bebidas alcohólicas aumenta, afectando todo ello a su salud. Se termina suicidando en 1963. Terrible. Muy terrible.
Y ahí se encuentra Katharine Graham. Con 46 años y cuatro hijos al cargo. Con su marido que acaba de decidir quitarse la vida. Y con el Washington Post como responsabilidad ¿Qué hacer en estos momentos? Ella decidió. Y decidió bien. Era la nueva CEO del Washington Post. Y se convierte en la ÚNICA CEO de una Fortune 500 (500 mayores empresas estadounidenses) en ese momento.
La aparición de Buffett
“Estimado señor Buffett, he sido conocedora de que últimamente ha estado comprando de forma agresiva acciones del Washington Post, convirtiéndose en un accionista de referencia de la empresa la cuál dirijo, y me gustaría poder reunirme con usted para saber un poco las intenciones que tiene usted respecto al periódico el cuál publico.”
Primavera de 1973. No sé exactamente si estas fueron las palabras de la señora Graham. Pero lo cierto es que Katharine, visto que un tal Warren Buffett empezó a comprar acciones de forma agresiva dos años después de la IPO, hasta tener el 13% de su compañía, quería asegurarse que su nuevo compañero de viaje a nivel empresarial era de fiar.
No sé si llamarlo suerte. No sé si llamarlo destino. Realmente no sé cómo llamar a esta situación. Pero su encuentro selló una alianza, una amistad y una historia de éxito empresarial rotundo. Warren Buffett entró en el consejo de administración del Washington Post y enseñó todo lo que sabía de negocios y finanzas a Katharine Graham y juntos fueron imparables. Para Buffett, el Washington Post ha sido una de las mejores inversiones que ha realizado en su vida. Sí. Lo sé. Es más fácil hablar de su inversión en Coca Cola o Apple, pero la realidad es que la rentabilidad que ha sacado del Washington Post es superior al 9.000%. Sí. Has leído bien. Nueve. Mil. Por ciento.
La asignación de capital, la clave del éxito
¿Y qué enseñó Buffett a Katharine exactamente?
Generación de caja, más que beneficios contables. Durante su etapa como CEO, el Post tuvo de forma consistente altos niveles de generación de caja. Todas las decisiones de gastos de capital deberían de someterse a un riguroso análisis. ¿Dónde gastamos nuestro dinero? ¿Qué retorno tendremos de ello? Analizar cada dólar de gasto como si fuera una oportunidad perdida. A pesar de que esto parece algo obvio, no lo era tanto en aquella epoca (¡Ni incluso a fecha de hoy!), por lo que Katharine paso a analizar cómo afectaba todo lo que sucedía en la empresa, al flujo de caja que esta generaba.
Adquisiciones y buen uso de la deuda. Realizar un buen uso del apalancamiento es muy difícil. Más lo era hace 50 años. Katharine Graham, con Warren Buffett como mentor, fue bastante activa en el tema de adquisiciones y de utilizar bien la deuda para conseguir negocios excelentes a buenos precios. Con su foco en la generación de caja más que en números contables, el repago de esta no fue un problema para los años próximos. Gran parte de estas adquisiciones, además, era comprando otros negocios no relacionados con el Washington Post, por lo que la diversificación también brindó a la empresa más seguridad y estabilidad. Cabe destacar que durante la recesión de los inicios del 1990, Katharine Graham empezó a comprar de forma más agresiva todo tipo de negocios que estaban en horas bajas y a precios de derribo, aprovechando la oportunidad y brindando a la empresa de unos retornos sobre el capital invertido altísimos en los próximos años.
Pocos dividendos y recompras de acciones. Los dividendos fueron mínimos para los accionistas de Washington Post debido a su maltrato fiscal. Lo que realmente marcó una GRAN diferencia fueron las recompras de acciones realizadas por Katharine Graham en una época que estas eran muuuuuuuy poco utilizadas en Wall Street. Recompró casi un 40% de las acciones en circulación en su mandato como CEO, gran parte gracias a Buffett, cosa que realmente marcó una diferencia significativa para los accionistas de la empresa. ¿Un 40% menos de acciones? Esto significa que, para quién tuvo las acciones desde un inicio, sin venderlas, acaba teniendo casi el doble de participación en el capital social de la empresa.

En el libro “The Outsiders”, uno de los mejores libros escritos acerca del “Capital Allocation” hay un capítulo explícito que habla de esta historia y de esta relación exitosa con mucho más detalle, y el cuál ha sido fuente de mi inspiración para escribir este artículo.
Los números de Katharine Graham
Desde la IPO en 1971 hasta su retirada como CEO de la empresa en 1993, Katharine Graham batió tanto al S&P 500 como sus competidores de forma considerable. Fueron 22 años de éxito para una de las pocas mujeres al cargo de una Fortune 500 y que llegó al puesto de CEO en un momento personal nada fácil. Un $ invertido en la IPO era sinónimo de 89$ el día de su retirada, lo que significa un rendimiento anual compuesto de más de un 22%. Sencillamente, magnifico. Espectacular.

Espero que hayas disfrutado con esta historia. Una historia brillante que nos muestra cómo rodearte de los mejores realmente puede ser diferencial para cualquier persona. Cómo tomar buenas decisiones realmente puede marcar un antes y un después. Y cómo las finanzas o una buena asignación de capital puede tanto para un individuo, un inversor y/o una empresa ser determinante. Te invito a compartir esta historia entre los tuyos si realmente ha sido de tu interés:
¡Mil gracias por leerme y feliz sábado!
Hasta la próxima,
Miquel Cantenys