#12 La difícil tarea de salir a la calle
Después del gran recibimiento del último artículo acerca de la economía Goldilocks (Ricitos de Oro), sigo profundizando sobre la difícil tarea que tenemos diariamente todos los analistas financieros.
👋Hola! Soy @mcantenys14, portfolio manager en Ginvest AM y candidato al nivel 3 del CFA.
Bienvenido a Financial District, dónde intentaré profundizar sobre aspectos macroeconómicos, así como de análisis de inversiones.
Recesión económica.
Caída del consumo.
Incremento del paro.
Decrecimiento del PIB.
¿La gran depresión?
Desaceleración.
Crisis.
Crisis.
¡¡¡Crisis!!!
BASTA.
Gran parte de estas palabras las podíamos leer hace un año en gran parte de la prensa salmón de nuestro país. Tanto del nuestro, como de los países vecinos de la zona euro e incluso de gran parte del mundo.
Finalmente no ha sido así (al menos por ahora) pero… ¿Se podía saber tan fácilmente que no sería así? ¿Cómo es posible que las grandes casas de inversión se hayan equivocado en sus predicciones económicas? ¿Cómo es posible que, de repente, todos los agentes económicos estén sorprendidos por los datos publicados? ¿Efecto rebaño?
Hoy me gustaría hablar de la difícil tarea que tenemos gran parte de los analistas financieros / económicos. Y se trata, nada más ni nada menos de… salir a la calle.
Un poco más de mí
Soy de una ciudad del Alt Empordà (en el norte de la provincia de Girona), principalmente conocida por ser la cuna de uno de los máximos representantes del surrealismo (Salvador Dalí); Figueres.
Además, y desde bien pequeño, veraneo en Port de la Selva, un pueblo de la Costa Brava cerca de uno de los pueblos más bonitos de la península (Cadaqués), el cuál también es conocido por ser la segunda casa de este artista.
La empresa por la cual trabajo se encuentra en Girona, ciudad dónde he vivido y estudiado durante 5 años y la cuál, a fecha de hoy, es la cuna de los ciclistas para vivir y entrenar, y recientemente también lugar de acogida para triatletas.
A pesar de ello, hace más de un año decidí moverme a Barcelona, una ciudad que sin lugar a dudas no necesita de presentaciones, a pesar del activismo de la prensa por dejarlo en un lugar que para nada merece.
A pesar de vivir durante un tiempo en los Países Bajos, estas cuatro zonas geográficas que acabo de comentar, han estado presentes en gran parte de mi vida y, sin quererlo, han determinado un gran % de la persona que soy a día de hoy.
No quiero hablar de mí en esta ocasión.
Pero… ¿Podéis intuir que tienen en común las cuatro zonas?
No es muy difícil.
Venga, va.
¡Correcto!
El turismo.
Figueres, la Costa Brava, Girona y Barcelona.
Viven, crecen, consumen, trabajan y prosperan gran parte gracias al turismo.
Expectativa vs realidad
¿Cuál es el principal riesgo que tenemos como analistas financieros?
Es una pregunta que a menudo tengo en mi cabeza.
¿Es el riesgo a una recesión económica?
¿A unos malos resultados empresariales?
¿A una mala decisión de inversión?
¿A dejar de estar invertidos?
¿Estar sobreexpuestos a una zona geográfica en concreto?
¿A un estilo de inversión?
¿A una empresa?
¿A un gestor?
Seguramente todas y cada una de estas preguntas constituyen un riesgo para gran parte de la comunidad de analistas, tanto para los que su foco está en los resultados empresariales como para los que su foco está en la evolución macroeconómica.
Pero nada más lejos de la realidad, el principal riesgo (y que conste que esto es una opinión puramente personal) es que nuestra toma decisiones se tome con unos datos esperados MUY DIFERENTES a lo que finalmente acaben siendo.
Este es nuestro principal riesgo.
Pongamos un ejemplo. Si nuestra expectativa es que los tipos de interés bajen en el corto plazo, podría tener sentido invertir en empresas cuya valoración por descuento de flujos sea más sensible a flujos de caja futuros ya que cualquier variación del coste de capital hará que el valor presente de los flujos sea mucho mayor o mucho menor. Al contrario, si nuestra expectativa es que los tipos de interés suban en el corto plazo, podría tener sentido invertir en empresas las cuáles se beneficien de ello, como posiblemente los bancos.
¿Cuál es nuestro principal riesgo aquí?
Nuestro principal riesgo no sería que el factor / sector el cuál hemos invertido lo acabe haciendo mejor o peor que el mercado (que también), si no que nuestro escenario base sea erróneo y que tomemos decisiones basándonos en un escenario que nunca vaya a ocurrir.
Defender ciertas tomas de posiciones con criterio y sentido común una vez sucede el escenario previsto es “defendible”.
Pero defender decisiones tomadas en base a un escenario que nunca acaba cumpliéndose, no.
¿Cuál es el error entonces?
No seré yo el próximo gurú en finanzas. Tampoco pretendo serlo. Tampoco creo en gurús. Pero si que es cierto que como analistas hemos pecados los últimos 12-18 meses de ser demasiado “racionales”.
Me explico.
En la oficina, viendo como los principales bancos centrales no dejaban de subir el coste del capital, uno empieza a pensar en la repercusión de todo ello en la vida real. En sus amigos. En su familia. E incluso en su cuenta corriente. Y es relativamente fácil caer en la falacia de pensar que un aumento del costo del capital reduce la renta disponible, lo cuál hará reducir el consumo y, finalmente, repercutirá en una reducción del PIB que acabará provocando una recesión.
Los economistas somos así de… ¿racionales?
Pero, ¿Sabéis quién no actúa de manera racional?
¡Exacto!
El ser humano es irracional por excelencia y el consumo desde el verano pasado hasta la fecha no ha dejado de subir en España. ¡Todo lo contrario a lo que pensaban más del 90% de los economistas y analistas financieros hace cosa de un año!
¿Cuál ha sido el error?
Salir a la calle
¡No salir suficiente a la calle! Ese ha sido el verdadero error de todos nosotros.
Llevo más de un año viendo como los restaurantes más populares están llenos cada fin de semana y para reservar hay que llamar, como mínimo, con una semana de antelación.
Llevo más de un año pensando en cuántos “Zara” hay en Barcelona y que, cada vez que entro en uno de ellos, siempre hay cola en los probadores. Da igual el día de la semana.
Llevo más de un año viendo como cada vez que salgo a tomar algo, todas las zonas VIP’s de las discotecas están llenas.
Llevo más de un año viendo cola en las principales tiendas de lujo que hay por Paseo de Gracia.
Durante el último año también he podido comprobar como encontrar alojamiento en Madrid para un fin de semana a un precio asequible es tarea imposible.
También he podido experimentar que encontrar piso en Barcelona, aunque sea pagando un dineral (y pagando gastos de agencia estratosféricos y meses por adelantado) es un infierno.
Y las colas para coger taxi.
Los billetes de AVE que se agotan cada semana.
Las colas para ir hacía la Costa Brava cada viernes.
De que en cada puente existente durante el año, mi Instagram se llena de gente viajando.
La gente, después del Covid, se ha dado cuenta de que vida solo hay una y que el dinero, dónde mejor invertido está, es en vivir y en disfrutar de experiencias.
¿Y si me muero mañana?
¿Y si me vuelven a confinar?
¡Sólo vivimos una vez! Y nosotros, que vivimos de las cervezas que tomamos en las terrazas, del sol, de la fiesta, del verano y todo lo relacionado con el vivir y pasarlo bien, nos hemos olvidado de ello.
Como analistas, nos hemos olvidado de lo más importante: ¡Salir a la calle!
Salir y olvidarnos por un momento de nuestro ser racional y de nuestro conocimiento respecto a cómo una subida de tipos afecta a la economía.
Y sobre todo, nos hemos olvidado de que el ser humano es por excelencia…
IRRACIONAL.
Esto es todo por hoy.
Espero serte útil.
Y como siempre, mil gracias por leer Financial District.
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Un placer,
Miquel Cantenys
Buen artículo, Miquel!
Siempre lleno de sentido común