#2 Cuidado con el PER y con querer comprar barato
Analizando el por qué puede llegar a ser inútil la ratio de valoración de empresas más utilizada del mundo y por qué un PER muy bajo no es sinónimo de comprar barato.
En primer lugar, me gustaría contaros que durante esta semana he recibido el aprobado del nivel 2 del CFA, lo cuál me hace estar extremadamente feliz. Por los que no sabéis lo qué es el CFA, os dejo este enlace aquí. Me siento muy orgulloso, no solo por la dificultad y tiempo de preparación, si no por haberlo sacado trabajando full time y con todo lo que esto conlleva. Ahora, ¡empecemos!
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Con 18 años recién cumplidos, una de las primeras cosas que hice fue la de abrirme una cuenta de broker para poder empezar a comprar acciones e invertir. Me había leído bastantes libros acerca de inversión y me veía preparado para empezar a invertir 3.000€ que tenía ahorrados de algunos pequeños trabajos que había realizado hasta la fecha. Mi única obsesión era la de… COMPRAR BARATO.
De todos los libros que leí, la de comprar barato era una premisa principal para tener éxito en esto de la inversión en todos y cada uno de ellos. Especialmente en “El inversor inteligente” escrito por el gran Benjamin Graham (el de la derecha en la foto), más mundialmente conocido por ser el padre del Value Investing o por ser uno de los profesores del famoso inversor Warren Buffett. Gracias en parte a Benjamin Graham y su obsesión en la ratio precio-beneficios de una empresa, la ratio PER se ha convertido en una de las más utilizadas y famosas a nivel mundial en el sector de la inversión. Es por esto que una de las cosas que más me fijaba en mi primera inversión era la de comprar una empresa con un PER bajo. Cuánto más bajo, mejor. Menudo error.
Sin querer ir en contra del gran maestro Benjamin Graham (el cuál admiro) y del más que recomendable libro “El inversor inteligente”, me gustaría desterrar ciertos mitos acerca de esta ratio, profundizar sobre ella y ver cómo los mercados mundiales se encuentran en la actualidad respecto a esta ratio.
¿Qué es el PER y qué tipos de PER existen?
Price-to-earnings ratio. PER. O tan sencillo como dividir el precio actual de una empresa por los beneficios por acción de esta. O lo que es lo mismo, dividir la capitalización bursátil de una compañía por el total de beneficios reportados de dicha compañía. Simple. Y al alcance de todos nosotros. Solo hace falta poner el nombre de una empresa en Google, seguido de la palabra “stock” y tendremos dicha información. Podéis probar poniendo en el buscador “Nike stock” y os saldrá esto:
¿Qué significa este número exactamente? Simplemente que el mercado está pagando por la empresa, 35,76 veces (¿Es mucho? ¿Es poco?) los beneficios por acción que la empresa ha tenido… en los últimos cuatro trimestres. ¿Cómo que últimos cuatro trimestre? Correcto. No sólo hay un PER. En la fecha de realización del artículo, Nike aún no ha publicado los resultados del último trimestre del 2022, por lo que se utilizan los BPA (Beneficios Por Acción) de los últimos cuatro trimestres publicados. Esta ratio es más comúnmente conocida como trailing P/E. Sería lo que entendemos como PER actual (precio actual / BPA de los últimos cuatro trimestre). Además del trailing P/E, también tenemos el forward P/E, el cuál cogería el precio actual de la acción por los beneficios esperados del próximo año.
¿Cómo está el PER en la actualidad en las principales áreas geográficas del mundo?
Si seguimos analizando el informe trimestral de J.P. Morgan, el cuál pudimos destacar en el primer artículo de esta newsletter, podemos ver como esta el PER forward actual versus hace un año y versus la media de los últimos 25 años de las principales áreas geográficas del mundo. Sí, sí. Lo ves bien.
A cierre de 2022 podríamos comprar la renta variable de Estados Unidos, Japón, Europa, mercados emergentes y China, a un múltiplo inferior al año anterior y a la media de los últimos 25 años. ¿Oportunidad de compra clarísima, no? NO vayas tan rápido. Tengo cosas que contarte.
Lo bueno y lo malo del PER
El PER es un múltiplo más de valoración, y sacar conclusiones de manera aislada nos llevará a cometer errores. Muchos errores. Si nuestro único foco es el PER, esto nos llevará a comprar acciones en Grecia, Brasil y Argentina, y no en Estados Unidos, Suecia y/o Singapur. En la tabla de a continuación podéis ver el PER actual de los principales índices mundiales, ordenados de PER más pequeño a más grande. Podéis encontrar más aquí.
¿Qué tiene de bueno el PER?
Su sencillez. Tal y cómo hemos visto, obtener el PER de una empresa es cuestión de segundos. Además, a nivel conceptual es muuuuuuuuuy fácil de entender, por lo que le ha convertido en la ratio más utilizada y conocida a nivel internacional. “Estamos comprando acciones de Apple a 20 veces sus beneficios”. ¿Sencillo de entender, verdad?
Su veracidad. Cuando utilizamos el PER mirando los beneficios contables de los últimos 4 trimestres, sacar la conclusión de que compramos una empresa a X veces sus beneficios es totalmente objetivo. No hay nada de subjetividad ni de opinión. Además, una cosa cierta, es que la bolsa ha evolucionado de forma histórica al ritmo del crecimiento de los beneficios por acción, por lo que comparar los precios con estos, podría tener todo el sentido del mundo.
¿Qué tiene de malo el PER?
La contabilidad. La contabilidad de una empresa está llena de mentiras. El management puede decidir sobre muchos aspectos que afectan a la contabilidad y que, por lo tanto, muchas veces los resultados contables no reflejan la realidad de una empresa. Es por esta razón que los beneficios por acción, a corto plazo, pueden estar manipulados y, por lo tanto, el PER dejaría de tener sentido alguno.
El PER es un múltiplo estático. No nos dice nada acerca de la dinámica de una empresa. De la evolución de sus ventas, de su deuda, de sus nuevos clientes, de sus empleados, de su rendimiento del capital, de hacía dónde se mueve su industria, ni de sus perspectivas de futuro. Nada. La valoración de empresas es un proceso complejo. Muy complejo. No sólo se necesitan herramientas cuantitativas, también es necesario valorar el aspecto cualitativo del negocio, el valor de su management o las perspectivas de su sector.
Sentido común. Cuándo una empresa está a punto de quebrar, su PER se acerca a 0. ¿Cómo que cero? Sí, sí. PER 0. Imagínate una empresa que un año gana 1€ por acción y cotiza a 10€. Su PER actual es de 10. El año siguiente, gana 0,5€ por acción y su cotización, preocupada por dicha bajada de beneficios, se encuentra en 3€ (¡Bajada del 70% de la acción durante el año anterior!). Su PER actual es de 6. ¡Perfecto! ¿No? ¡Estamos comprando más barato! Error. La empresa podría estar en una situación difícil si sus ventas están bajando, sus costes se están incrementando, y ninguna de las dos variables parece que vaya a cambiar. Durante el año… sigue bajando. Un 50%, hasta llegar a cotizar 1,5€ por acción. Entonces, si miramos los últimos beneficios contables (De 0,5€), nos encontramos con una empresa con PER 3. ¡Locura! ¡Compremos! ¡El mercado se ha vuelto irracional! O no. Esto sería una trampa de valor de manual. Quizás el mercado es más racional que tú y pone en precio que el próximo año la empresa entrará en pérdidas y que la probabilidad de quiebra es elevada, así que.. ¡OJO!
Entonces, ¿Para qué puede sernos útil el PER?
El PER es simplemente un múltiplo que nos relaciona el precio actual de una acción con sus beneficios contables. Nada más. Cierto es que los beneficios por acción han sido un elemento clave que, a lo largo de la historia, su evolución ha resultado determinante para el rendimiento positivo de los mercados financieros. A pesar de ello, hay muchísimas más variables que determinan el éxito o no de una inversión.
Por poner un ejemplo, imaginad una empresa con un rendimiento sobre el capital del 10%, y otra del 20%. Por cada € que una genera de beneficios, la primera necesita 10€ de capital mientras que la segunda, necesita sólo 5€. Es decir, una empresa con un ROE del 10% necesita el doble de capital que una empresa con un ROE del 20% para conseguir 1€ de beneficio. ¡El doble de capital! Es más que evidente que un inversor pagará un premium por las acciones de la segunda empresa, por lo que tendrá un PER superior. Y no necesariamente significa que estamos comprando más caro.
A pesar de las trampas que nos puede ocultar el PER (una posible quiebra), o de las variables que no determina (rendimiento del capital), podría ser útil para mirar valoraciones medias de respectivos índices o sectores. Es importante entender que son múltiplos interesantes si los comparamos contra empresas con dinámicas similares en cuánto a rendimientos del capital, crecimiento de ingresos y/o niveles de endeudamiento. A pesar de ello, y antes de tomar cualquier decisión de inversión, es necesario un análisis exhaustivo sobre en qué vamos a invertir, y entender que invertir es mucho más complejo que decidir en base a una serie de ratios.
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¡Mil gracias por leerme y feliz domingo!
Miquel Cantenys